“Intelectual sin ser académica, popular sin ser populista”: de esta manera caracterizaba Mark Fisher la misión de su labor crítica. Su relación con la vida universitaria había sido siempre incomoda, y fue a partir de descubrir el potencial democratizador de los blogs y de utilizarlo como un conducto para el intercambio entre la cultura popular y la teoría que encontró su medio y su voz. k-punk (primero el nombre de su página, luego una especie de identidad digital alternativa, como las de los productores de jungle que tanto amaba) pronto devino el centro y el catalizador de una comunidad de investigadores autodidactas, académicos desencantados y excéntricos de toda clase que saqueaban la obra de pensadores consagrados en busca de herramientas analíticas que eran utilizadas de modo no convencional.

Al reunir una parte significativa de esa desbordante producción online, además de reseñas, columnas de opinión, artículos activistas y ensayos que publicaba en simultaneo en revistas y libros, esta ambiciosa recopilación se propone reconstruir por primera vez la huella de aquellos años de escritura frenética y contagiosa en las que ya aparecerían sus obsesiones: el modernismo popular, los privilegios de clase, la precariedad y la depresión, las formas poscapitalistas del deseo, la hauntología y el realismo capitalista. Este libro –el primero de tres volúmenes– incluye sus textos sobre literatura, cine y televisión, y cubre un amplio arco de referentes que incluye a autores como J.G. Ballard, Margaret Atwood o Patricia Highsmith, directores como Cronenberg, Marker o Nolan, películas como Stars Wars, Los juegos del hambre o Terminator y programas televisivos como Big Brother, Breaking Bad, Westworld o The Americans.

K - Punk, volumen I - Mark fisher

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“Intelectual sin ser académica, popular sin ser populista”: de esta manera caracterizaba Mark Fisher la misión de su labor crítica. Su relación con la vida universitaria había sido siempre incomoda, y fue a partir de descubrir el potencial democratizador de los blogs y de utilizarlo como un conducto para el intercambio entre la cultura popular y la teoría que encontró su medio y su voz. k-punk (primero el nombre de su página, luego una especie de identidad digital alternativa, como las de los productores de jungle que tanto amaba) pronto devino el centro y el catalizador de una comunidad de investigadores autodidactas, académicos desencantados y excéntricos de toda clase que saqueaban la obra de pensadores consagrados en busca de herramientas analíticas que eran utilizadas de modo no convencional.

Al reunir una parte significativa de esa desbordante producción online, además de reseñas, columnas de opinión, artículos activistas y ensayos que publicaba en simultaneo en revistas y libros, esta ambiciosa recopilación se propone reconstruir por primera vez la huella de aquellos años de escritura frenética y contagiosa en las que ya aparecerían sus obsesiones: el modernismo popular, los privilegios de clase, la precariedad y la depresión, las formas poscapitalistas del deseo, la hauntología y el realismo capitalista. Este libro –el primero de tres volúmenes– incluye sus textos sobre literatura, cine y televisión, y cubre un amplio arco de referentes que incluye a autores como J.G. Ballard, Margaret Atwood o Patricia Highsmith, directores como Cronenberg, Marker o Nolan, películas como Stars Wars, Los juegos del hambre o Terminator y programas televisivos como Big Brother, Breaking Bad, Westworld o The Americans.