Tilcara había sido la escala previa a la tierra prometida. Ahí el seleccionado del 86 pasó diez días entrenándose con catorce jugadores –doce de ellos irían finalmente a la Copa del Mundo– y el cuerpo técnico liderado por el doctor Bilardo, que apenas llegó a ejercer la medicina. Le fue mucho mejor como futbolista primero y entrenador más tarde. Cultor de la ciencia aplicada, la transformó en conocimiento práctico. Seguía los pasos de Miguel Ignomiriello, hoy de 95 años, colega y formador de aquellos jugadores de Estudiantes de La Plata que ganarían tres Copas Libertadores consecutivas conducidos por Osvaldo Zubeldía. Ese hombre había dirigido a la menoscabada Selección fantasma que se adaptó a la altura de La Quiaca para jugar las Eliminatorias del Mundial de Alemania 74 contra Bolivia en La Paz.
   El autor rescata esta expedición que hubiera filmado Herzog con maestría. Una historia que tuvo final feliz por el último título mundial en México, pero que provocó decepción en Tilcara porque nadie se hizo cargo de la supuesta promesa a la Virgen. Dice el mito que Argentina no sale campeón desde el 86 porque aquel equipo de Bilardo nunca regresó a agradecerle a la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral. Cuestiones de la fe que solo los creyentes comprenden.

Gustavo Veiga, en el prólogo

Operativo Tilcara - Ignacio Provéndola

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Tilcara había sido la escala previa a la tierra prometida. Ahí el seleccionado del 86 pasó diez días entrenándose con catorce jugadores –doce de ellos irían finalmente a la Copa del Mundo– y el cuerpo técnico liderado por el doctor Bilardo, que apenas llegó a ejercer la medicina. Le fue mucho mejor como futbolista primero y entrenador más tarde. Cultor de la ciencia aplicada, la transformó en conocimiento práctico. Seguía los pasos de Miguel Ignomiriello, hoy de 95 años, colega y formador de aquellos jugadores de Estudiantes de La Plata que ganarían tres Copas Libertadores consecutivas conducidos por Osvaldo Zubeldía. Ese hombre había dirigido a la menoscabada Selección fantasma que se adaptó a la altura de La Quiaca para jugar las Eliminatorias del Mundial de Alemania 74 contra Bolivia en La Paz.
   El autor rescata esta expedición que hubiera filmado Herzog con maestría. Una historia que tuvo final feliz por el último título mundial en México, pero que provocó decepción en Tilcara porque nadie se hizo cargo de la supuesta promesa a la Virgen. Dice el mito que Argentina no sale campeón desde el 86 porque aquel equipo de Bilardo nunca regresó a agradecerle a la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral. Cuestiones de la fe que solo los creyentes comprenden.

Gustavo Veiga, en el prólogo