Género y nuevas masculinidades en la clase de educación física

Autoras: Juliana Garriga y Paula Surin

Diseño e ilustraciones: Eugenia Meli

 

Históricamente, la educación física fue concebida para disciplinar cuerpos de acuerdo a los modelos socio-culturales de época: ordenaba a los varones a ser fuertes y aptos para la guerra, para que ocuparan “lo público”, y a fortalecer el carácter. Y a las mujeres les servía para prepararlas exclusivamente para la maternidad.

Cuando desde el juego nos animamos a trazar nuevos caminos para interpelar a las hegemonías, los discursos dominantes y los conceptos taxativos, empezamos a transformar realidades, a comprender e incluir las diferencias y a hacer el día a día y al mundo en que vivimos un lugar

mucho más justo.

Pido gancho es la frase que usamos para tomar un respiro en el juego y pensar cómo seguir. Se trata de una pausa para pensar la próxima estrategia, para respirar fuerte y seguir jugando.

En ese sentido, el manual está repleto de propuestas para los espacios de educación física que nos permitan ser más libres. Y tener muy claro que arrancamos un gran juego con miles y miles de variantes donde todas las identidades estén incluidas. Porque jugar es un derecho humano inalienable y nadie puede quedarse afuera.

Es un primer paso, de muchos que habrá que atravesar. Es una invitación a abrir las puertas, las mentes, a leer Pido gancho… y salir a jugar.

 

(Del prólogo, por Mónica Santino, DT de fútbol, parte de la Nuestra Fútbol Feminista)

Pido gancho - Educación Física en género y nuevas masculinidades

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Género y nuevas masculinidades en la clase de educación física

Autoras: Juliana Garriga y Paula Surin

Diseño e ilustraciones: Eugenia Meli

 

Históricamente, la educación física fue concebida para disciplinar cuerpos de acuerdo a los modelos socio-culturales de época: ordenaba a los varones a ser fuertes y aptos para la guerra, para que ocuparan “lo público”, y a fortalecer el carácter. Y a las mujeres les servía para prepararlas exclusivamente para la maternidad.

Cuando desde el juego nos animamos a trazar nuevos caminos para interpelar a las hegemonías, los discursos dominantes y los conceptos taxativos, empezamos a transformar realidades, a comprender e incluir las diferencias y a hacer el día a día y al mundo en que vivimos un lugar

mucho más justo.

Pido gancho es la frase que usamos para tomar un respiro en el juego y pensar cómo seguir. Se trata de una pausa para pensar la próxima estrategia, para respirar fuerte y seguir jugando.

En ese sentido, el manual está repleto de propuestas para los espacios de educación física que nos permitan ser más libres. Y tener muy claro que arrancamos un gran juego con miles y miles de variantes donde todas las identidades estén incluidas. Porque jugar es un derecho humano inalienable y nadie puede quedarse afuera.

Es un primer paso, de muchos que habrá que atravesar. Es una invitación a abrir las puertas, las mentes, a leer Pido gancho… y salir a jugar.

 

(Del prólogo, por Mónica Santino, DT de fútbol, parte de la Nuestra Fútbol Feminista)